INDIANAPOLIS – El entrenador en jefe de los Indianapolis Colts, Jim Caldwell, y Jim Harbaugh, el entrenador en jefe de los San Francisco 49ers, un miembro del Colts Ring of Honor y uno de los jugadores más destacados de la historia de la franquicia, tienen el mismo cargo.
Los dos hombres tienen algo en común, que es el sentimiento cariñoso para sus padres y los papeles que jugaron en sus respectivas vidas. Caldwell y Harbaugh fueron guiados de forma memorablepadres, y ambos tienen gratitud extrema y quieren compartir los recuerdos de sus padres.
Caldwell, en su tercera temporada como entrenador en jefe de los Colts, ya está a cierta distancia de sus días de juventud. Sin embargo, no recuerda ni una vez en su vida en que su padre, Willie, no jugó un papel importante.
"Lo bueno fue que no tuve que buscar más allá del hogar para identificar mi héroe", dijo Caldwell. "Mi héroe fue mi papá – todavía lo es, diría yo. Todavía está con nosotros. Es un hombre muy trabajador. Era muy decidido y muy, muy ingenioso. Era muy serio. Estoy seguro de que de él obtengo mi seriedad. Pero también es un hombre que tenía mucha compasión y fue un gran competidor, también.
"Otra gran lección de mi padre era el arte de no quejarse. A menudo tenía dos trabajos, y estoy cierto de que la vida no siempre le tocaba una buena mano. Pero nunca le he oído quejarse. Sólo encuentra una manera de realizarlo. "
Caldwell y sus dos hermanos fueron criados bajo las miradas atentas de Willie y Mary Caldwell. Caldwell dijo que sus padres proporcionaron un hogar en que las metas eran importantes y en que cualquier cosa se puede realizar a través del trabajo duro y la diligencia. La lección de que los logros de la vida se realizan por la competencia se entendía.
"Mis padres nos enseñaron a creer siempre, y nunca dejar que nadie te diga que no puedes ser exactamente lo que quieres ser y lograr lo que quieres lograr - si lo crees en serio", dijo, mientras entrenaba en Wake Forest de 1993-2000. "Ellos nos inculcaron la disciplina, el equilibrio, el carácter y, sobre todo, el conocimiento de que la marca de un verdadero líder es un hombre que puede liderar a sí mismo."
Uno de los beneficios que aprecia Caldwell es que sus padres todavía eran jóvenes, cuando él era un niño y un adulto joven. Caldwell dijo que su padre y su madre se casaron cuando eran jóvenes y pronto tuvieron hijos, y por lo cual había poca diferencia de edad entre todos y tenían relaciones muy especiales. Sus padres eran líderes y modelos a seguir, la diferencia de edad permitían que participaran en la vida de sus hijos.
"Mi mamá y mi papá nos tenían cuando eran muy jóvenes", dijo Caldwell. "Se casaron a los 18 años, tuvieron mi hermana a los 20. Cuando tenía yo 10 años, mi padre tenía 32 años. Mi papá todavía podia correr y saltar. Él jugaba a la pelota con nosotros y, literalmente, nos criamos juntos en un sentido, porque todavía estaba muy, muy activo en nuestras vidas. Todavía se levanta y hace ejercicios por la mañana - él y mi madre, también ", dijo Caldwell.
Harbaugh se contrató con los Colts en 1994 después de siete temporadas con los Chicago Bears. Era el mariscal de campo de Indianapolis durante las temporadas memorables de 1995 y 1996, temporadas en que el club llegó a los playoffs. Harbaugh jugó dos temporadas más con los Colts antes de firmar con San Diego y Baltimore al concluir una carrera de 14 temporadas en la NFL.
Harbaugh se creció en una familia orientada al fútbol americano. Su padre, Jack, entrenaba por más de 40 años, incluyendo más de 30 en el nivel universitario. El padre Harbaugh llevó Western Kentucky al campeonato de la NCAA I-AA en 2002. Los tres hijos de Jack y Jackie Harbaugh nunca estuvieron lejos del juego, y Jim estaba fascinado del principios con la profesión de su padre. En numerosas ocasiones con los Colts, Harbaugh habló de su deseo de entrar en coaching, una vez que terminan sus días como jugador.
"Es algo que ha estado conmigo desde los primeros recuerdos que tengo, de los cinco, seis o siete años", dijo Harbaugh. "Esta (la idea de ser entrenador) sólo consolidía cuando era un joven, que jugaría tanto como pueda y luego entrenaría, luego me moriría."
Harbaugh siempre podía identificar de donde procedía su amor por el fútbol americano, tanto como la originación de su deseos de carrera - de su padre.
"Definitivamente. Mi papá, todo lo que he logrado se trata de él. Jugaba a la pelota conmigo. Eso es lo que recuerdo de mi crecimiento. Él me llevaba a los juegos. Él me permitía imitarle y, sobre todo, creía en mí. Todo viene de él. "